La tecnología avanza cada vez más rápido. Alrededor de ella, surgen nuevas formas de uso y según se va democratizando la tecnología más avanzada, con ella, nuevos modelos de negocio. La innovación no se puede parar, y parece que los cambios se suceden cada vez más rápido.
Las nuevas generaciones, están
acostumbrados a los cambios, a los cambios rápidos. Durante la generación de mis padres, se popularizó la televisión, 22 años tardó esta tecnología en conseguir 5o millones de usuarios. En mi generación, surgieron los móviles, estos tardaron 12 años en alcanzar la misma cifra de usuarios. Ahora, juegos como Pokemon Go, han alcanzado esta cifra en 19 días. The VR, nos muestra en su blog, distintas tecnologías, ordenadas cronológicamente y el tiempo que tardaron en conseguir 50 millones de usuarios
http://www.thevr.io/blog/vr-ar-user-adoption-50-million/
Cambios rápidos de adopción cada vez más rápida y muchas empresas queriendo evolucionar con los tiempos.
"Adaptarse o morir", adaptarse e incorporar las nuevas tendencias, no solo las tecnológicas, el cambio de paradigma de muchos modelos de negocio, está poniendo en jaque a sectores tan afianzados, como los medios e comunicación, por ejemplo. Hay que evolucionar, pero, ¿como hacerlo? ¿que tendencia sigo? ¿con que tecnología me quedo? ¿verán el valor y apreciarán los cambios mis clientes? ¿y mis trabajadores, como les afectará a ellos? Millones de dudas surgen cuando se habla de cambios.
A la hora de seleccionar las tendencias a seguir, ya sean basadas en nuevas tecnologías o en nuevos modelos de negocio hay que plantearse varias cosas. No se puede probar todas las tendencias a lo loco, hay que poner sentido común y metodología a la hora de innovar.
- Cual es el centro de mi negocio
- Qué tendencias afectan al núcleo del negocio
- Que valor perciben mis clientes
- como esta nueva tendencia afecta a mis clientes, ¿ven el valor que aporta?
- Como afecta esta nueva tendencia internamente a mi negocio ¿reduce costes?
- Posible represión de la nueva tendencia en la cuenta de resultados
- ¿Tengo los recursos para implantarla?
- ¿La implantaré yo solo, o buscaré a proveedores expertos en la misma?
Estas son algunas de las preguntas a contestar antes de seleccionar una nueva tendencia y probarla, si digo bien, probarla, llevar a cabo un pequeño prototipo, ver como funciona, que características tiene, que problemas plantea y extrapolar la información, tal como comenté en la
anterior entrada.
La innovación ha de provenir de una profunda reflexión. Bien es cierto, que cada vez las cosas avanzan más rápido, y el "time to market" ha de ser cada vez más corto. Ahora bien, desperdiciar recursos nunca ha sido una buena política. Se pueden probar las hipótesis rápido y de manera ágil, así como implantar nuevas tendencias de forma incremental, generando proyectos que crecen y aportan cada vez más valor, valor que es percibido por los clientes.
La velocidad es crucial, y la tendencia a seguir y como implantarla juega un papel clave en ello.
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